jueves, 9 de septiembre de 2010

ENTREVISTA A LA HERMANA SARA LÍA

El día 8 de septiembre la hermana Sara Lía Chavoya, realizó su reingreso a nuestra comunidad, tras haber estado 6 meses con su familia, con gran júbilo la fratenidad del monasterio "Santa María de los Ángeles", la recibe . A continuación compartimos una entrevista realizada durante ese mismo día.




Bienvenida Hermanita Sara, ¿Cómo te sientes en tu reingreso a la comunidad?

Me siento feliz, como si de nuevo respirara, es una sensación de profunda paz y agradecimiento a Cristo y a su Madre Santísima.

¿Qué fue lo que te impulsó a regresar a esta casa?
Paulatinamente fui descubriendo cómo las cosas de fuera ya no me llenaban, ni los logros académicos o laborales, ni las compañía de un hombre, ni lo más sencillo: la música, los amigos, incluso el mar; todo parecía, por maravilloso que fuera, como una sombra, un reflejo de Aquel que los creo, y de quien mi corazón se enamoró, entonces fue cuando supe con certeza que yo nunca sería feliz afuera.


Para ti, ¿Qué implica la invitación que Jesús te hace para seguirlo?

Implica abandono, pienso que muy pocas cosas en la vida podré tener al 100% la seguridad de cómo van a pasar y cuándo, y si serán placenteras o difíciles, especialmente las cosas del Señor implican un total abandono y confianza, tanto en los tiempos difíciles como en los fáciles. Estoy segura de que el Señor nunca defraudará al que con sincera intensión y de corazón enamorado se abandona en sus brazos para seguirlo. Sean consolaciones o cruces, alabado sea en nombre del Señor. Confiando y abandonándose a Él, nada hay que temer.


¿Qué mensaje les quieres decir a todos nuestros hermanos y hermanas que leerán este artículo?

Qué tengan ánimo, para siempre ir hacia adelante. Que se encomienden a María nuestra tierna Madre quien nunca nos negará nada, y que siempre, cada día abran los ojos de su corazón y de su alma para ver cuánto el Señor los ama, en cada amanecer, en cada nube del cielo, en cada acontecimiento de la vida, y así no caerá su corazón en la rutina o en la ingratitud.
Y a las chicas que sienten el llamado del Señor, que no tengan miedo, sean valientes y fuertes, atrévanse a ser felices y que el miedo y la opinión de la gente no las paralice. Jesús a todos nos ayuda, si es una carga de 100 gramos, nosotras sólo cargamos uno y Jesús los 99 que faltan. Jesús llena tan plenamente un alma que la hace desbordar y no hay soledad ni faltan de placeres, al contrario el alma encuentra al Único que es capaz de llenar su universo.



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